Propuestas.

Urbanas


Comunicación


—A.

Accesibilidad | Movilidad.

Sobre la humanización de lo Urbana como alternativa.

Córdoba hoy carece de infraestructuras accesibles. Edificios y transporte público, plazas y parques, escuelas y hospitales públicos, representan para muchos ciudadanos pistas de obstáculos. Así mismo, los edificios privados, de vivienda, restaurantes, comercios en general, al no someterse a un control de accesibilidad, tampoco están adaptados. San Vicente no es una excepción. Con la premisa de hacer visible lo invisible y viceversa, trabajamos la accesibilidad desde el concepto de Diseño Universal. Una persona a lo largo de su vida puede encontrarse temporal o permanentemente imposibilitado para acceder a cualquier espacio urbano ya sea por una discapacidad, ser muy joven o demasiado anciano, estar embarazada o cargando las compras del día. El Diseño Universal nos incluye a todos, en las diferentes etapas de nuestra vida.

Nuestra propuesta invita a reflexionar sobre la deshumanización de lo urbano, y como a diario enfrentamos situaciones que nos hacen sentir la hostilidad de la ciudad. Nuestro objetivo es ensanchar la percepción del espacio público y devolver al ciudadano la confianza en su entorno y en el otro. Elegimos repensar la parada de autobús pues actúa como un portal que conecta cada extremo de la ciudad. Es a la vez lugar de espera y encuentros y ha de ser un espacio seguro y accesible. Si es utilizable solo para jóvenes y fuertes, privamos al resto de ciudadanos de la riqueza que una comunidad mas extensa que el propio barrio nos aporta. Si no hacemos fácil este intercambio espacial y cultural, continuaremos fomentando la exclusión.

Movilizarse implica desplazamiento y el desplazarse implica tiempo, por lo tanto hablaremos de los tiempos de la movilidad. Cuando observamos de qué modo está organizada la movilidad en la ciudad de Córdoba, vemos que responde a un sistema radial (donde todo pasa por el centro) y unimodal donde la única alternativa de transporte público es el colectivo, mientras que lo individual esta exacerbado por el automóvil dejando poco (o nada) de lugar a medios de transporte alternativos como la bicicleta.

San Vicente, se presenta como un barrio pericentral hiperconectado con una vasta red de transporte urbano, pero con grandes conflictos a nivel organizativo, derivados de la convivencia entre lo individual y lo colectivo en un mismo eje, como es el caso de la calle San Jerónimo. ¿Por qué esperar por un colectivo, si la alternativa del auto me permite no tener que esperar? Este pensamiento está presente en muchos de nosotros como ciudadanos, pero quizás no estamos entendiendo que “nuestra solución” es parte del problema. Sabemos también que esperar por el transporte público puede volverse una actividad tediosa y que las infraestructuras de espera son escasas (postes de luz en muchos de los casos), el colectivo nos resulta “invisible” hasta que está en frente nuestro y las oportunidades de distracción son muy pocas. En otras palabras, ser un pasajero urbano, implica perder el control de su tiempo para otorgárselo a alguien más. Entonces, ¿cómo mejorar un sistema de transporte público urbano sin necesariamente modificarlo?

PASTO propone entonces, paradas más agradables, confortables y lúdicas, que a su vez incluyan el gen de la concientización incorporando bicisendas y ocupando el espacio que el auto poco a poco nos ha ido quitando en el espacio público que es la calle.


—B.

Espacio Verde | Interacción Social | Permanencia | Descanso

Repensar el espacio verde público redefiniendo las lógicas que lo generan.

Desde la lógica del urbanismo de planificación, la noción de espacio verde urbano posee características de escala que resultan inabordables desde la lógica del urbanismo táctico. Nuestro ejercicio se ha desarrollado desde la necesidad de incrementar el valor de la calle como ecosistema, como punto de convivencia entre los habitantes y la naturaleza en la ciudad considerando variables actuales en referencia al tiempo, la permanencia o movilidad, la portabilidad y la influencia recíproca entre vecinos para la construcción de la posibilidad como derecho común.

En tal sentido, decidimos trabajar el espacio verde a partir de una red de dispositivos atomizados, mediante la incorporación de la dimensión doméstica de la naturaleza al espacio común de convivencia. Un mecanismo que invita a sacar el patio a la calle, sacar la huerta, el jardín, la maceta a la calle.

El espacio verde atomizado propuesto se refiere a la creación de entornos posibilitantes y confortables, como áreas de ocupación compartidas y de relaciones cotidianas, inmediatas y diversas. Es la propuesta de una estructura modular variable que construye una arquitectura de situaciones. En ella, la noción de tiempo por sobre la noción de espacio posibilita que este dispositivo funcione como instrumento de cohesión social, instrumento de crítica urbana e instrumento pedagógico.

Esta estructura modular variable construida con maderas y palets de plástico reciclados de la industria automotriz, bidones, latas en desuso, bolsas plásticas reutilizadas es fácilmente replicable y adaptable a múltiples situaciones.

Estas áreas verdes de pequeña escala funcionan como colonizadores efímeros de la calle que posibilitan la producción de alimentos a pequeña escala en huertas urbanas, alientan el compromiso individual, incentivan la participación colectiva, estimulan el aprendizaje, despiertan la concientización, cualifican el entorno como un jardín temporal y agudizan la noción de pertenencia e identidad.

El grupo BAM! Aborda la interacción social partiendo de la pregunta sobre cómo se producen  las relaciones entre individuos en el ámbito público, particularmente en el barrio San Vicente. Proponemos que ésta interacción se produzca a través de vínculos espontáneos, dando a los usuarios un espacio para frenar su recorrido y que se produzcan situaciones de encuentro casuales. El artefacto diseñado debe dar como resultado la posibilidad de utilizarlo de cualquier manera, ya que propone un cambio en el recorrido doméstico de los usuarios del barrio, para que se pregunten, se detengan, se sienten, jueguen, miren, vivan a su manera este nuevo espacio otorgado.

El punto de emplazamiento del objeto fue pensado para la plaza central del barrio. De todas maneras, tiene la absoluta flexibilidad de ubicarse en cualquier lugar por donde los peatones recorran, sin que esto sea un limitante para la libre circulación diaria. El objeto propuesto se compone linealmente por estructuras de madera, generando plataformas planas y diagonales que van marcando un recorrido tanto para transitar, como permanecer.

El término permanencia es aquel que se usa para designar al mantenimiento de determinados elementos a través del tiempo. Puede ser una cualidad que se le aplica a una persona, a un fenómeno, a un objeto. Duración firme, constancia, perseverancia, estabilidad. Estancia en algún lugar.

Se pretende lograr la permanencia con una intervención urbana en el espacio público, donde los objetos inviten a los vecinos a interactuar y ocupar espacios comunes del barrio.

La “Permanencia del objeto” a través de la apertura de una construcción sistematizada, un mecanismo sencillo de un objeto sencillo, y poder obtener la apropiación vecinal para el cuidado y crecimiento de un sistema abierto. La “permanencia social” por medio de la incorporación “cultural” de un nuevo artefacto urbano que cubra las necesidades básicas del “permanecer en la calle”, sentarse, intercambiar socialmente, habitar.,e introducir elementos básicos faltantes como asientos, basureros, bicicleteros, verdes (plantas). con ellos, que cada vecino pueda interactuar abiertamente con el sistema, intervenirlo, con los otros, con la calle. Las premisas MATERIALES fueron el reciclado de elementos como madera y plástico y la incorporación del verde.

Con el ARTEFACTO se intenta llegar a: Apropiación - ocupación, Habitar espacio público, Intercambio social, Desarrollo actividades, Sistema abierto, Multiplicidad de funciones

"Debes amar el tiempo de los intentos"

Las interrelaciones humanas, el contacto con el otro, el detenerse, encontrarse y enlazarse, acciones vilipendiadas por la falta de proyectos, políticas y estrategias  a la hora de pensar en el hombre como eje fundamental del diseño urbano.-

El crecimiento demográfico y la no planificación han puesto a la ciudad como limitante  para que el hombre se encuentre con él mismo y con sus vecinos.

Los alumnos del Instituto Sarmiento de San Vicente desarrollan una una isla de permanencia y descanso, con materiales reciclados en el deseo de aportar una propuesta como invitación a los vecinos a tomar partido en el intento de revertir la deshumanización en  el barrio.

Éstos micro espacios, generados con equipamientos para sentarse y permanecer, ejecutados con pallets de madera, con el aporte del elemento verde, el sector de sol y sombra, como una isla que se interrelaciona con el proyecto general de la macro intervención, pone énfasis en el hecho simbólico de reforzar los lazos entre los vecinos donde sean éstos los verdaderos protagonistas, los usuarios y constructores que  se apropian de los espacios para ser vividos y compartidos diariamente.-


—C.

Comunicación